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Revista 1084 El contacto físico
Somos sujetos corporeos, espíritus encarnados. El cuerpo no es cárcel del alma, sino la posibilidad de nuestra existencia en el mundo, la primera y más espontánea expresión de lo que somos.
Si cambia mi cuerpo (por una enfermedad, por un accidente, por la edad, por cirugías, etc.) también cambia mi autoimagen y cambio yo.
En toda relación humana el cuerpo tiene un papel imprescindible. No es solamente un encuentro de ideas sino de personas.
También en nuestra relación con Dios el cuerpo es esencial. Dios se comunica con nosotros, y no solo con nuestra alma. Por eso "se hizo carne" (Jn 1, 14). "Lo hemos tocado con nuestras propias manos" (Jn 1,1), dirá asombrado San Juan.
Un día moriremos; nuestro cuerpo será enterrado o cremado, Y resucitaremos.